18/4/15

"Quiero escribir mis canciones, transmitir otro mensaje"

Entrevista que La Nacion le hizo a Tini:
Impecable. Vestida de blanco y bien maquillada, Martina parece lista para subir a escena. Pero no, ahora es tiempo de conversar, de repasar estos últimos tres años que fueron tres para la mayoría de los mortales, pero muchísimos más para ella. Ojos bien abiertos, una linda sonrisa y respuestas de una chica que no es una adolescente cualquiera, pero que aun así quiere serlo. Aún hay imágenes de la Violettamanía impregnadas en "Tini" Stoessel. La reciente gira europea pasó por 24 ciudades de nueve países y dejó una estela de 84 shows y una recaudación que empalidecería a gigantes de la industria como los Rolling Stones. Con 18 recién cumplidos, la hija de Mariana Muzlera y el productor Alejandro Stoessel, la hermana de Francisco, la adolescente que creció en la pantalla y en los escenarios junto con su público se esfuerza para mantener los pies sobre la tierra. Y para pensar de a poco en su carrera artística luego de diciembre, tras la última función de Violetta.

-Venís de una gira mágica y misteriosa y te preparás para otra.

-Sí, estuvimos en 24 ciudades de nueve países de Europa e hicimos un total de 84 shows. ¡Una locura! Nadie tiene la dimensión que está tomando Violetta y el habla hispana en el mundo.

-¿Cómo es eso?

-Te cuento. Me he cruzado con profesoras en la embajada argentina en Madrid y me contaron que en Europa crecieron las ganas de los chicos de estudiar español. Después, en meet and greets, en las oportunidades que tuve de conocer a fans y a sus padres, me pasó que me dijeran: "Gracias a Violetta, la gente quiere aprender a hablar en español para entender las canciones". Y lo pude experimentar. Fuimos a Polonia, Alemania, Bélgica, Francia, España y en países donde no saben ni decir "hola" cantan las canciones en perfecto español.

-Están aprendiendo nuestro idioma de la manera en que antes nosotros aprendíamos inglés: escuchando las canciones de nuestras bandas y cantantes favoritos.

-Eso mismo es lo que me dijeron las profesoras con las que hablé. En Holanda, en Rotterdam, en un encuentro con fans, las nenas nos hablaban en perfecto castellano. "Hola, ¿cómo estás?" "Vos sos de acá?", le pregunté a una nena porque no lo podía creer. Y otras chicas me dijeron que hacía tres años que estudiaban el idioma por Violetta. Te cuento algo que nos pasó en Polonia. Yo estaba en la habitación del hotel y mi mamá había bajado con mi papá a desayunar. Se le acerca una madre y le dice que es la primera vez que en Polonia sucede algo así y que estaba muy feliz porque las nenas tuvieran un ídolo. Hicimos dos funciones en un día, estuvimos sólo 24 horas en el país y en la puerta del hotel había 600 chicos.

-¿Cómo procesás todo eso? Porque ahora lo contás como si le hubiese pasado a otra persona.

-¡Tal cual! Es que vivo mucho el momento y después que sucede vuelvo a ser la misma "Tini" de siempre. No me quedo mucho enganchada con esa vida que es de mentira, porque llego a Buenos Aires y no tengo más toda esa seguridad que me acompaña por todas partes y que me sigue hasta el baño. Es una vida irreal, que está buenísima vivirla y disfrutarla, pero sé que mi vida está acá y es ésta. Eso es mágico, lo disfruto, pero no deja de ser un trabajo. Y el cansancio es real. Son dos shows por día y todos los días cambiamos de lugar, de país, de gente, de cultura, de cama, de baño, de ducha, de comida... No sé si me va a volver a pasar.

-Yo creo que sí...

-Bueno, pero no se sabe. Estoy detrás de una pantalla que es Disney, hoy en día es la pantalla más importante a nivel mundial.

-Decías que vivís, pero, ¿pensás en el último show de la gira? ¿Fantaseás con sacar un disco como solista?

-Sí, es lo que quiero y algo se está armando, pero también es real que falta mucho para terminar la gira [tras Tecnópolis, habrá primero un tour nacional y latinoamericano, y luego un nuevo tramo europeo]. No es una gira tranquila en la que tenga mucho tiempo para mí, pero cuando termine esto, ojalá, Dios quiera que pueda lanzar mi disco solista.

-¿Te fijás en la experiencia de otras chicas Disney? ¿En lo que hicieron una vez que dejaron la factoría?

-Creo que cada uno toma su camino. No me gusta opinar sobre la vida de los demás. Uno hace con su vida lo que quiere, al fin y al cabo. Pero sí te puedo decir que seguramente tome otro camino. Quiero escribir mis canciones, transmitir otro mensaje. Quiero hacer el cambio de a poco, no que sea algo brusco.

-Estás dentro de un mundo de grandes haciendo cosas para chicos, pero vos pertenecés a otro universo, el adolescente.

-Es así. ¡Total! Fue un cambio muy brusco el que vivimos y lo digo en plural porque también lo vivió mi familia. Que a una hija le pase algo así hace que se modifiquen las vidas de los padres, el colegio, todo. Pero cuando uno toma decisiones, no piensa en lo que va a perder y en lo que va a ganar, piensa en la felicidad de uno y yo sentía que la decisión que estaba por tomar me iba a hacer feliz. ¡Si siempre me hizo feliz desde chiquitita! Yo lo único que hacía era cantar y bailar frente al espejo. Hoy muchas de mis amigas están empezando la facultad y me pone muy feliz por ellas, pero yo no me veo en esa vida. Me veo cantando, bailando y dedicándome al arte, que es lo que siempre quise hacer.

-Tuviste muy poco tiempo para tomar esa gran decisión. ¿Cierto?

-Sí, una vez que quedé, me tuve que decir. ¿Ahora qué hacemos? Porque cuando hice la audición, posta que no pensaba que iba a quedar. Me parecía desastrosa. Tenía aparatos, me faltaba un diente, no sabía cómo hablar delante de una cámara. Y después el cambio fue... ¡guau!

-Y todo lo otro, todo lo que rodea a este mundo. Dar entrevistas, conocer personalidades, poder hablar con el Papa. Nadie te prepara para eso.

-Es cierto, pero como te decía, vivo el momento. Y viví los dos momentos que pude compartir con el papa Francisco y fueron inolvidables. También cuando hicimos la juntada tinista y fueron 280.000 personas. Vos habrás entrevistado a mucha gente del medio y viste cómo es la vida del artista, cambia todo el tiempo. Hoy estoy acá y el día de mañana quizás ocupo otro espacio. Lo importante es mantener los afectos cerca, la familia, los amigos de toda la vida, porque ésos son los que van a estar siempre en las buenas y en las malas. Yo pretendo frenar un poco con esta vida. Necesito para mí, para mi todo, bajar un poco.

-¿Te acordás de lo que pudiste hablar con el papa Francisco?

-No hablé mucho porque viste que te ponés nervioso. Yo estaba muy nerviosa, no sabía qué decirle, pero me acerqué y le agradecí por invitarme a cantar en su evento [el Partido por la Paz]. Él me sonrió y me pidió que le llevara alegría al público. Yo no lo podía creer.

-¿Estos shows de Tecnópolis son los últimos de Buenos Aires?

-Sí, se supone que sí, que es la gran despedida, pero no te lo puedo confirmar del todo porque no sé lo que podrá pasar más adelante.

-Además de cantar en español, grabaste versiones de los temas de Violetta en inglés y en italiano. ¿Cómo te sentís cantando en otros idiomas?

-Muy bien, son experiencias muy lindas. Llego a Italia y entiendo el "hola", "¿cómo estás?", "gracias", "te quiero" y está bueno. En Francia me pasa lo mismo y el inglés tuve la suerte de estudiarlo en el colegio, porque fui a un bilingüe, el San Marcos. La gente agradece cuando el artista trata de interactuar en el idioma de ellos.

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